Las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), también conocidas como Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS), representan un conjunto de infecciones causadas por bacterias, virus o parásitos que se propagan principalmente a través del contacto sexual.
Aunque afectan tanto a hombres como a mujeres, en el cuerpo femenino las ITS pueden tener consecuencias de salud más graves y duraderas, como el riesgo de enfermedad pélvica inflamatoria (EPI), infertilidad o ciertos tipos de cáncer, especialmente si no se detectan y tratan a tiempo. Es crucial entender que muchas de estas infecciones son asintomáticas, haciendo de la detección temprana un pilar fundamental para la salud sexual femenina.
Tipos de ets
Existen más de 30 tipos de infecciones que se transmiten sexualmente. Algunas son causadas por bacterias, otras por virus o parásitos. Entre las más comunes se encuentran:
- Clamidia: causada por Chlamydia trachomatis. Puede no presentar síntomas, pero afecta el cuello uterino y las trompas de Falopio.
- Gonorrea: infección bacteriana que puede generar flujo vaginal anormal o dolor al orinar.
- Virus del Papiloma Humano (VPH): el más frecuente a nivel mundial. Algunas cepas provocan verrugas genitales y otras están relacionadas con el cáncer cervicouterino.
- Herpes genital: causado por el virus del herpes simple tipo 1 o 2. Se manifiesta con ampollas dolorosas en los genitales.
- Sífilis: infección bacteriana que evoluciona por etapas; puede causar úlceras, erupciones cutáneas y, en fases avanzadas, dañar órganos internos.
- Tricomoniasis: infección parasitaria que provoca flujo abundante con olor fuerte y picazón.
- VIH/SIDA: virus que debilita el sistema inmunológico y aumenta el riesgo de infecciones graves.
ITS en mujeres
Las mujeres enfrentan desafíos particulares con las ITS. Biológicamente, la estructura de los órganos genitales internos (cuello uterino, útero y trompas de Falopio) las hace más susceptibles a que las infecciones se extiendan internamente, llevando a complicaciones como la Enfermedad Pélvica Inflamatoria (EPI).
Causas:
Las ITS son causadas por el contacto directo piel con piel o mucosas, o por el intercambio de fluidos corporales (vaginales, seminales, rectales) durante el contacto sexual vaginal, oral o anal. También puede ocurrir transmisión de la madre al feto durante el embarazo o el parto.
Síntomas más comunes en mujeres:
Debido a que muchas ITS no presentan síntomas o estos son muy leves, la mujer podría no saber que está infectada. No obstante, cuando se manifiestan, los síntomas pueden incluir:
- Flujo vaginal anormal: Un cambio notable en la cantidad, color (amarillo, verdoso o grisáceo), consistencia o la presencia de mal olor (a menudo descrito como “olor a pescado”).
- Dolor o ardor al orinar (disuria) o aumento de la frecuencia urinaria.
- Picazón o ardor en la zona genital y vulvar.
- Sangrado vaginal inusual entre períodos menstruales, después de las relaciones sexuales o sangrado más abundante de lo normal.
- Dolor durante las relaciones sexuales (dispareunia).
- Dolor en la parte baja del abdomen o en la pelvis.
Tratamientos:
El tratamiento varía drásticamente según la causa:
- Infecciones Bacterianas/Parasitarias (Clamidia, Gonorrea, Sífilis, Tricomoniasis): Se tratan con antibióticos o antiparasitarios. Es vital tomar la dosis completa recetada y evitar el contacto sexual hasta que el tratamiento haya finalizado y los síntomas hayan desaparecido.
- Infecciones Virales (VIH, Herpes, VPH): El tratamiento se enfoca en controlar la replicación del virus y manejar los síntomas. Por ejemplo, los antivirales pueden reducir la frecuencia y severidad de los brotes de herpes o mantener la carga viral del VIH indetectable. En el caso de las verrugas por VPH, se usan métodos de destrucción local (crioterapia, medicamentos tópicos o cirugía).
¿Cómo se ven las ets en mujeres?
La apariencia física de las ITS en mujeres puede variar y, a menudo, los signos visibles se encuentran en la zona genital o anal.
- Herpes Genital: Se manifiesta como pequeñas ampollas o llagas dolorosas, que se rompen y forman úlceras. En el primer brote, pueden ir acompañadas de síntomas parecidos a la gripe.
- VPH (Verrugas Genitales): Ciertas cepas causan verrugas (condilomas acuminados) que pueden ser pequeñas, grandes, planas o tener apariencia de “cresta de gallo”. Aparecen en la vulva, paredes vaginales, área perineal o alrededor del ano.
- Sífilis: La primera etapa se presenta con una llaga única, firme, redonda e indolora llamada chancro, que puede pasar desapercibida si está dentro de la vagina o el recto. En etapas posteriores, puede aparecer una erupción (ronchas) en el cuerpo, incluyendo las palmas de las manos y plantas de los pies, sin picazón.
- Tricomoniasis/Clamidia/Gonorrea: Estas son más propensas a manifestarse con un flujo vaginal anormal y síntomas urinarios que con lesiones cutáneas visibles.
Muchas veces las lesiones o llagas pueden ser internas (en el cuello uterino o vagina) o muy leves, lo que hace necesario un examen médico para una detección precisa.
¿Cuánto tiempo tarda en manifestarse una ets en mujeres?
El periodo de incubación depende del tipo de infección:
- Clamidia: de 1 a 3 semanas.
- Gonorrea: entre 2 y 10 días.
- Herpes genital: de 2 a 12 días.
- Sífilis: alrededor de 3 semanas (puede variar entre 10 y 90 días).
- VPH: puede tardar meses o años en mostrar verrugas o lesiones.
- VIH: los síntomas iniciales pueden aparecer entre 2 y 6 semanas después del contagio, aunque algunas personas permanecen asintomáticas por años.
Por eso, se recomienda realizarse exámenes de detección regulares, especialmente si se han tenido nuevas parejas sexuales o relaciones sin protección.
Tratamiento de las ETS en mujeres
El tratamiento depende de la causa:
- Infecciones bacterianas o parasitarias (como clamidia, gonorrea o tricomoniasis) se curan con antibióticos o antiparasitarios.
- Infecciones virales (como herpes, VIH o VPH) no tienen cura, pero pueden controlarse con medicamentos antivirales que reducen la carga viral y los brotes.
Además del tratamiento médico, es importante:
- Evitar relaciones sexuales hasta completar el tratamiento.
- Asegurarse de que la pareja también reciba atención médica.
- Usar condón o barreras de protección en todas las relaciones sexuales.
- Mantener revisiones ginecológicas periódicas.
